“ARTROSIS DEFORMATIVA: UN PROGRESO DOLOROSO E INEVITABLE”

Este es el caso a muy groso modo de una humilde y noble anciana, mi abuela, Blanca Elvia Ospina, quien era aun mucho más inquieta de lo que es hoy, hasta hace unos catorce años, cuando le empezó un leve dolor en sus rodillas. Sus consultas con los médicos se fueron haciendo frecuentes a medida que pasaba el tiempo, y su dolor se iba aumentando progresivamente, mientras los médicos solo le medicaban analgésicos sin emitir ningún diagnostico conciso. Seis años después de conllevar su dolor, este se había aumentado considerablemente, por lo que se llego a pensar en una cirugía, algo similar a una prótesis cartilaginosa, pero esta posibilidad fue rechazada por dos nietos médicos, quienes aseguraban que la operación no era del todo confiable. Tres años más tarde se le fue diagnosticada artrosis deformativa, una enfermedad progresiva de las articulaciones y que causa deformación en los miembros evidenciable ante la postura y por supuesto muy dolorosa. Desde entonces, su mesa de noche se llena mensualmente con decenas de antiinflamatorios no esteroides que le puedan calmar un poco el dolor, y otros medicamentos cuyos efectos son nulos. Actualmente mi abuela convive con su dolor pues no le queda de otra y las consecuencias de su enfermedad se evidencian ante la simple inspección general de su postura. Es la artrosis deformativa.