lunes, 20 de septiembre de 2010

La artrosis deformativa es una enfermedad crónica autoinmune de la que aun se desconoce su origen y suele presentarse a cualquier edad comenzando entre los 30 y 50 años afectando especialmente al genero femenino, 8 de cada 10 pacientes son mujeres. Las enfermedades reaumáticas también se presentan en la población infantil. Sin embargo, pocos pediatras están entrenados para diagnósticarla y tratarla.


Cerca de 500 mil colombianos (1% de la población total) padecen de artrosis deformativa cifra que a los ojos médicos tiene una elevada connotación social y económica, debido al carácter incapacitante de este mal.


Recientes estudios demuestran que entre el 25 y 50 por ciento de las personas que sufren Artrosis deformativa han de abandonar sus puestos habituales de trabajo tras diez años desde el inicio de la enfermedad. En Colombia la AR, al igual que la diabétes y las enfermedades cardiovasculares está considerada como una enfermedad catastrófica de alto costo. La AR es una enfermedad inflamatoria que afecta las articulaciones y que si no se trata a tiempo genera gran discapacidad funcional y sus posibilidades de curación se reducen a más de la mitad.


Aproximadamente 1% de la población mundial está afectada por la artrosis deformativa,  siendo las mujeres tres veces más propensas a la enfermedad que los hombres. La aparición suele ocurrir entre los 40 y 50 años de edad, sin embargo, puede aparecer a cualquier edad.
La prevalencia de la artrosis deformativa es de un 1% aproximadamente, y varía sustancialmente según el criterio de diagnosis utilizado es de aproximadamente 3 casos nuevos cada año por cada 10 mil habitantes de la población. La distribución de la enfermedad es mundial, no obstante hay zonas con mayor prevalencia, como los indios americanos y zonas con menor gravedad, como el África subsahariana y la población negra del Caribe.
Existe también una establecida variación entre géneros: razón varón/mujer de 1/3 aproximadamente, probablemente por la influencia de los estrógenos. La variación disminuye con la edad. En las mujeres, la enfermedad suele iniciarse entre los 30 y los 50 años, mientras que en los hombres unos años más tarde y la prevalencia aumenta con la edad para ambos sexos. Progresión temporal: datos recientes abogan por una disminución progresiva de la incidencia.

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